ANIMALES Y KARMA

Los animales que elegimos para entrar en nuestras vidas son parte de nuestro karma y nosotros somos parte del suyo.

A veces te encuentras “abandonado” o deambulando, en medio de un camino y en peligro, en plena noche; a veces aparecen en la puerta de tu casa, como postales enviadas por el destino; otras, nos llegan de familiares, parientes o desconocidos. En cualquier caso, los animales estaban y están ya en nuestro karma. En ésta como en otras vidas.

Según Brian Weiss, un mismo animal suele encarnar varias veces a lo largo de nuestra vida, simplemente cambiando de piel y siendo reconocido por pequeños gestos, detalles o gestos sutiles. Esto lo vemos claramente en los gatos. Cuando un animal “nuevo" llega a nuestra casa y sabe exactamente adónde ir, es señal de que la suya es solo una retornada.

Muchas personas, en el momento de su muerte, se refieren a la visión tranquilizadora no de un padre o pariente que ya ha muerto, sino de un animal. Eso significa mucho. Porque para nuestra alma no hay diferencia entre una especie y otra. Los animales están en nuestro karma como nosotros en el de ellos, por lo que debemos respetarlos como criaturas sagradas y cuidarlos al máximo. Son partes y aspectos de nosotros, en una forma diferente al universo. 

Gabriel Policardo